Lew Harper (Paul Newman) es un solitario detective privado. Sus servicios han sido requeridos por una rica millonaria, Elaine Sampson (Lauren Bacall). El caso consiste en investigar la misteriosa desaparición de su marido. Sus pesquisas se inician en la misma mansión del desaparecido. Allí conoce a Miranda (Pamela Tiffin), hija adoptiva de los Sampson, y Alan (Robert Wagner), el piloto particular de la familia. Los detalles del caso son mínimos, lo único que conoce Harper es que Sampson desapareció en un avión pilotado por Alan. Siguiendo con sus averiguaciones, el detective empieza a contactar con todo tipo de personas que hayan tenido algún contacto con Sampson. Una de las primeras es un ex-actriz alcohólica, que junto a su marido, se dedica a introducir emigrantes ilegales en los Estados Unidos. Otra de las interrogadas por Harper es Betty, una cantante de cabaret adicta a las drogas, que asegura no saber nada. Sin embargo, un matón amigo de la cantante propina una soberana paliza a Harper. Alan es quien, en última instancia, lo libera de la terrible agresión.
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