Poco antes de morir, el anciano Rey David de Israel tiene una visión en la que Dios le dice que debe nombrar como su sucesor a su hijo menor Salomón. Poco después el rey muere, y siguiendo sus designios, su hijo Salomón es nombrado como el nuevo rey, un hecho que desata la ira y la envidia de su hermano mayor, Adonías, que se jura a si mismo que un día alcanzará el puesto que él considera que le corresponde. Por su parte, el Faraón de Egipto, que pretende dividir las doce tribus de Israel, tampoco está muy de acuerdo con la sucesión, y trama un oscuro plan: ofrece a la reina de Saba la cesión del puerto del Mar Rojo a cambio de que seduzca al joven Salomón para que pierda el favor de Yaveh y así pueda ser destruirlo. La reina sigue el plan y logra enamorar al joven rey, pero con el tiempo ella también cae rendida ante su bondad y sabiduría, y comienza a debatirse entre el amor y su juramento…
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