En enero de 1879, Sir Henry Bartle-Frere y Lord Chemsford se toman el poder por su cuenta invadiendo el terreno zulú desde Natal. Muchos, desde el obispo Colenso hasta los boers de la zona, consideran una locura esa maniobra prepotente. Un ejército de 3.000 hombres pertrechados con armamento moderno cruza el río Buffalo para enfrentarse a unos 40.000 guerreros zulúes armados tan sólo con lanzas a las órdenes del rey Cetshwayo, mientras éste abandona los cultivos. Se espera un paseo por el parque. La confianza de los británicos es absoluta, pero Cetshwayo engaña a Chemsford haciéndole creer que no va a oponer resistencia; éste opta por dividir sus fuerzas para acelerar el reconocimiento del terreno, dejando una retaguardia que resulta masacrada en Isandlwana.
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