Inglaterra, años 20. Harold Abrahams (Ben Cross), hijo de un judío de Lituania, deviene un destacado atleta que vive obsesionado por la perfección y entiende la victoria como una lucha particular para combatir ciertos prejuicios antisemitas que dominan la sociedad, amén de poder realizarse como hombre.
Eric Liddell (Ian Charleson), hijo de una pareja de misioneros escoceses que vivían en China, también es un aventajado atleta, pero sus motivos para correr son distintos a los de Abrahams, ya que él corre para mayor gloria de su todopoderoso Dios. Ambos atletas se hicieron amigos y rivales en las carreras, pero no llegaron a competir en las Olimpiadas de París en el año 1924, porque la prueba que debía enfrentarlos se celebró en domingo y Liddell se negó a participar ya que era el Día del Señor.
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