La bella y rica Elektra King ha conseguido apaciguar una revuelta aldeana al impedir que el oleoducto que su empresa está construyendo no destruya un templo horadado en la roca. Sus ojos se fijan entonces en un gentleman inglés, perfectamente trajeado y peinado, a pesar de haber llegado conduciendo su BMW a través de un campo petrolero.
La escena corresponde a la película ‘El mundo nunca es suficiente’ y se desarrolla en un impactante paraje de rocas y pinos que se supone que es Azerbaiyán. Pero realmente los actores estaban rodando en Cuenca, en concreto, en el paraje de Los Callejones de Las Majadas.
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