Rachel Lapp (Kelly McGillis), una mujer de la comunidad Amish en Pensilvania, ha enviudado recientemente y decide ir a visitar a un pariente a Baltimore, acompañada de su hijo de 8 años Samuel (Lukas Haas). Esperando en la estación de trenes de Chicago para hacer un trasbordo, el niño es testigo accidental de un asesinato en los lavabos de la estación. El inspector de la policía John Book (Harrison Ford) se hace cargo de la investigación y los lleva a comisaría para declarar. Allí, el niño reconoce al asesino en la foto de un policía condecorado. Defendiendo a la mujer y a su hijo, Buck acaba herido y escondido entre la comunidad amish, donde tendrá que vivir como uno de ellos para pasar desapercibido.
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