La felicidad que preside la primera etapa entre el matrimonio formado por Dominique (Julie Delpy) y Karol Karol (Zbigniew Zamachowski), un súbdito polaco, contrasta con la realidad cotidiana después de llevar algunos años de vida en común en París. Cuando ambos acuerdan divorciarse, Dominique declara ante sus abogados que, en realidad, nunca se consumó el matrimonio debido a problemas burocráticos con la embajada polaca. Para desgracia de Karol, esta situación de desamparo le lleva a perder no tan sólo a su compañera sentimental sino también su participación en el negocio de la peluquería que compartía con Dominique ya que el Departamento de Inmigración le considera, a todos los efectos, un residente ilegal. Con la única intención de subsistir a la espera de obtener un golpe de suerte, Karol pasa los días en el interior del metro, obteniendo algo de dinero procedente de la caridad de los transeuntes. La situación cada vez se hace más insostenible para Karol y, después de rechazar un ofrecimiento de un compatriota consistente en asesinar a una tercera persona a cambio de una importante suma de dinero, decide regresar a su país de origen. Allí Karol trata de partir de cero, pero sin olvidar el amor que aún siente por Dominique.
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