El doctor Klaus fue uno de los más despiadados criminales que operaron en los campos de exterminio nazis durante la Segunda Guerra mundial. En los años que duró la contienda torturó, asesinó y abusó de infinidad de niños, a los que sometía a todo tipo de vejaciones en sus oscuros experimentos. Tras acabar la guerra, el criminal se ocultó de las autoridades militares en España. Allí, alojado en una apartada casona oculta en el campo, siguió con sus horribles crímenes hasta que un día, tras asesinar a un último niño, se subió a la azotea del edificio y se tiró al vacío. Sin embargo, sobrevivió a la caída y ahora malvive con todo el cuerpo paralizado y condenado a depender de un pulmón artificial rodeado por un cristal. Al no ser capaz de soportar la situación, su mujer, Griselda, pretende contratar a una enfermera para que se haga cargo de sus cuidados, pero un día aparece un inquietante joven, Ángelo, que se hace amigo de la hija de ambos, Rena, y que se ofrece a cuidar del maltrecho doctor. Aunque Griselda se muestra reticente, el doctor termina por contratar al joven, sin saber que acaba de firmar su sentencia de muerte…
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