No es precisamente una gran película esta "revisitación" de las comedias de Doris Day y Rod Hudson, y eso que se esfuerza en resultar divertida e inteligente, pero al final acaba ahogada en su propia propuesta y, sobre todo, por primar su (interesante y, por otra parte acertada) estética visual estilo "años 60", que "fagocita" irremediablemente a personajes e historia.
Con todo, lo mejor de esta desaforada apuesta por la estética visual es sin duda la secuencia de títulos de crédito inicial, toda una delicia que, ya desde un principio, consigue introducirnos de forma brillante y divertida en el mundo rosa y azucarado que la película propone, y que es, sin duda, lo mejor de la película.
Dirigida y diseñada a cuatro manos por Simon Cassels y Justin Blampied de Aylum VFX, esta pieza animada es todo un homenaje al estilo visual de los títulos de crédito de las comedias románticas de la década de los 60, y de la obra de los diseñadores que por aquellos años despuntaban, Saul Bass, Maurice Binder o Pablo Ferra.
Una colorida secuencia que logra capturar y transmitir, no sin cierto grado de nostalgia, el tono y estilo retro de la película.
Muy buenos.
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