Catalogada como la "película maldita" porque para dos de sus actores protagonistas fue la última (Clark Gable y Marilyn Monroe) y porque a ellos se unió un Montgomery Clift en sus últimas apariciones. Precisamente su encanto reside en ver juntos a estos "monstruos" del cine clásico americano, junto a una historia de perdedores, de almas perdidas, de corazones rotos, de inadaptados (o sea como las vidas reales de sus protagonistas... de autodestrucción).