En el puchero de este peculiar retrato social hay que incluir un buen puñado de situaciones peculiares, una pizca de humor contenido, una pizca de drama, y una gran dosis de sátira y crítica. El resultado no puede ser más complaciente, una entrañable historia con claros tintes dramáticos que gira hacia lo cómico para tratar de hacer digerible la tragedia humana de unos peculiares personajes inmersos en la lucha de clases, la corrupción, y la opresión de cualquier ciudad conocida... 105 minutos llenos de vida y color.