Que no os engañe su estética fría y seca, hablamos de una ganadora del Oscar a la mejor película extranjera (con todo merecimiento), pero sobre todo hablamos de un drama familiar muy por encima de la media, tratado con dureza pero a la vez con amor, que va creciendo en intensidad y en interés a medida que se suceden los acontecimientos, bien construido, mejor narrado, e impecablemente interpretado. Cine holandés para gourmets.