Nueva York (Estados Unidos). Los Turner son una familia que vive condicionada por la entrega de Henry (Harrison Ford) hacia su trabajo; es un reputado abogado, insensible y capaz de cualquier cosa por conseguir el triunfo profesional. Su ambición juega en contra de su esposa Sarah (Annette Bening), y su hija Rachel (Mikki Allen), a las que deja en segundo lugar en sus prioridades. Pero un día, este estilo de vida se rompe para siempre; coincidiendo con la presencia de Henry en un establecimiento de venta de alimentos, recibe el imprevisto disparo de un delincuente. Aunque consigue sobrevivir, el impacto le produce una fuerte amnesia que le provoca el olvido de toda su vida anterior. Henry se convierte en un hombre nuevo, especialmente delicado y sensible. Incapaz de valerse por si mismo, debe aprender a hablar, leer o expresarse, eludiendo su antigua personalidad, de la que no se distingue ni rastro.
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