Superviviente del motín de la Bounty, un barco bajo bandera inglesa auspiciado por la realeza británica, el teniente William Bligh (Anthony Hopkins) logra ganar la costa de su país. Aunque maltrecho por su naufragio, abandonado a su suerte en un pequeño bote situado a casi cuatro mil millas de la costa, Bligh se presta a denunciar a su subordinado Fletcher Christian (Mel Gibson) -segundo de a bordo- por haber propiciado un motín que a punto ha estado de acabar con su vida y con buena parte de la tripulación de la Bounty. El juicio sumarísimo se celebra en una gran sala habilitada para la ocasión por el Ministerio de navegación de Gran Bretaña, cuyo fiscal en jefe es el capitán Greetham (Edward Fox) y la máxima instancia del tribunal recae en la figura del almirante Lord Hood (Laurence Olivier), presto a escuchar la defensa de los amotinados liderados por Fletcher Christian, así como el testimonio de la supuesta víctima, el teniente William Bligh.
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