Matías (Carlos de Gabriel) es un profesional, y esa profesionalidad le lleva a pitar un penalty inoportuno contra España justo durante el partido que puede suponer su clasificación para los mundiales de fútbol. De la noche a la mañana, se convierte en el hombre más odiado y buscado del país. Huyendo de los salvajes aficionados, se refugia en su aldea natal, en la costa gallega. Para protegerle, su padre hace creer a los vecinos, que su hijo no es juez de línea, sino simplemente juez. El problema es que toda la aldea vive en torno al contrabando de alcohol…
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