Harrison Lloyd, reportero y fotógrafo de Newsweek, es enviado a Yugoslavia para cubrir los inicios de un conflicto menor. Él acepta el encargo pero estipula que será el último. Ha decidido dejarlo. No puede seguir haciendo fotos de los horrores del mundo. Quiere tiempo para estar con sus hijos, Cesar y Margaux, y para su hobby, por el que siente pasión, las flores. Su esposa, Sarah, le hace prometer que estará de vuelta para el cumpleaños de su hijo. Él lo promete, se va, es tarde y no regresa y es declarado desaparecido en la región de Osjiek en el norte de Croacia. Finalmente, tras unos días, el Instituto de Prensa Americano anuncia su muerte. El mundo de Sarah Lloyd se está derrumbando pero desde algún lugar de su dolor, está segura de una cosa, una certeza que comparte con su hermano: “No está muerto".
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