La vida de Stanley Philipps se derrumba cuando una mañana recibe la noticia de que su mujer, soldado de primera línea en la guerra de Irak, ha muerto en acto de servicio. Stanley siempre soñó con alistarse en el ejército, pero su miopía se lo impidió, y ahora regenta una tienda y cuida de sus dos hijas, Heidi y Dawn. Destrozado, Stanley debe mantenerse entero y sereno porque todavía tiene que dar la triste noticia a sus dos hijas, pero no se atreve. Tras escuchar una y mil opiniones de familiares, amigos y conocidos, al final Stanley decide llevarse a sus hijas de viaje a Florida, a un parque de atracciones, para que pueden vivir un momento de felicidad antes de conocer la mala noticia. Entre atracciones y diversión, el desconsolado padre no acaba de encontrar la ocasión propicia…
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