La acción se sitúa en la oficina de telégrafos de la ciudad de Ithaca, en California. Homer es un repartidor de telegramas, un hombre con una gran conciencia de lo que significa su trabajo. Él sabe que por sus manos, en un pequeño papel doblado, pasan los mensajes que llevan la alegría o la tristeza de unas persona a otras. El joven Homer puede constatar, a través de los telegramas, la alegría, la tristeza, el egoismo o la generosidad de toda una comunidad.
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