Verás, saber que vamos a morir lo cambia todo. Si te dijera la fecha exacta de tu muerte, todo tu mundo se desmoronaría. Lo sé. ¿Puedes imaginar lo que se siente cuando te invitan a sentarte y te dicen que te mueres? ¿La gravedad de eso? Que el tiempo se te acaba. En un segundo tu mundo desaparece, miras las cosas de otro modo y las hueles muy distintas, lo saboreas todo, ya sea un vaso de agua o un paseo por el parque. La mayoría tienen la suerte de no saber cuando se parará ese reloj y la ironía es que eso les impide vivir realmente sus vidas. Siguen bebiendo un vaso de agua, pero no la saborean.