- Ven conmigo Hanna.
- No, yo… Creo que no va ser posible…
- ¿Por qué no?
- Porque si decidiéramos irnos a algún lugar juntos, me da miedo que, un día, hoy no quizás, quizás, quizás, quizás mañana tampoco, pero un día, de repente… puede que empiece a llorar y llorar y llore tanto que nada ni nadie pueda pararme y que las lágrimas llenen la habitación, y que me falte el aire, y que te arrastre conmigo, y que nos ahoguemos los dos.
- Aprenderé a nadar Hanna. Te lo juro. Aprenderé a nadar.