Yo he visto con mis propios ojos el poder de los ideales. He visto a gente matar por ellos y morir por defenderlos. No se puede besar un ideal, ni tocarlo o cazarlo; los ideales no sangran, no sufren, y tampoco aman. Pero no es un ideal lo que yo hecho de menos, si no un hombre. Un hombre que me hizo recordar el 5 de noviembre, un hombre al que jamás olvidaré…