¿Soy una máquina sin sentimientos? ¿Cree usted que porque soy pobre, oscura, simple e insignificante no tengo alma ni corazón? Tengo tanta alma y tanto corazón como usted, y si Dios me hubiera dado belleza y dinero le costaría tanto separarse de mí como a mí de usted. Y no estoy hablando del cuerpo mortal, es mi alma la que se dirige a su alma, como si estuvieramos más allá de la tumba iguales ante Dios, tal y como somos.