— Por cierto, tú cuando ayunas así como hoy por los pobres, ¿ellos cómo lo notan?
— Por el cuerpo místico de Cristo.
— Ya. ¿Y, no sería mejor que les dieras a los pobres lo que no te comes tú?
— Eso es otro apartado, por así decirlo, eso es la Santa Limosna.
— Ya. Esta mañana he pregonado lo que me has dicho, eso de que Dios es uno y trino. Yo creo que no se ha enterado nadie de lo que quería decir.
— Es que para eso está la fé.
— Me parece a mí que tenéis un cuajo...