Creedme, odio las fiestas de año nuevo. Todos desesperados por pasarlo bien, tratando de celebrarlo de algún modo mísero… ¿Celebrar qué? ¿Un paso más hacia la tumba…? De ahí que nunca me canse de repetir: Aprovecha todo el amor que puedas dar o recibir. Toda la felicidad que puedas birlar o brindar. Cualquier medida de gracia pasajera, si la cosa funciona, y no te hagas ilusiones, no depende de tu ingenuidad humana, ni mucho menos, más de lo que te gusta admitir es suerte de tu existencia ¿Conoces la probabilidad de que entre millones de espermatozoides de tu padre uno encontrara el óvulo que te creo? No lo pienses, te daría un ataque de pánico…