–No me cuentas nada, Joel. Yo soy un libro abierto. Te lo cuento todo. Cada puñetera y vergonzosa cosa. No confías en mí.
–Hablar sin cesar no significa comunicarse.
–Yo no hago eso. Quiero conocerte.
–Mmmm…
–¡No hablo sin cesar!¡Joder! Las personas deben compartir cosas. Eso es tener intimidad. Me cabrea mucho que hayas dicho eso de mí.
–Lo siento, es solo que mi vida no es muy interesante.
–Quiero leer los diarios en los que siempre garabateas, ¿Qué escribes en ellos si no tienes ni ideas, ni pasiones ni… amor?