Hellen y yo llevamos 42 años casados. Últimamente me sorprendo todas las noches haciéndome la misma pregunta: ¿Quién es esta vieja que vive en mi casa? ¿Porqué cualquiera de sus pequeños detalles me irritan? Por ejemplo, sacar las llaves del bolso mucho antes de llegar al coche. O que tire el dinero con sus ridículas colecciones. Que eche a la basura comida en buen estado solo porque ha pasado la fecha de caducidad. Y su manía, su manía de probar restaurantes nuevos. Y como me interrumpe cuando intento hablar. Y no soporto como se sienta, y menos como huele. Hace años que insistió en que yo tenía que orinar sentado, a pesar de que le prometí que levantaría la tapa, limpiaría el borde y volvería a bajar la tapa. Pero no.