—Creo que…ya lo he entendido.
—¡Ah! ¿Si? ¿En serio?
—¿Ya has comprendido como es la calle?
—Si, bueno, se trata de sonrisas y lágrimas.
—Será mejor que no bebas más ¿A qué coño viene esa tontería?
—Calma, Alonzo, espera, espera, tiene sentido. Sonrisas y lágrimas, sonrisas y lágrimas, ya entiendo.
—Veréis, hay que controlar la sonrisas y las lágrimas porque es lo único que tienes y nadie puede quitártelo.