En la Rusia de finales del siglo XIX, todavía gobernada por los zares, un campesino judío llamado Yakov Bok (Alan Bates) es encarcelado por haber matado -presuntamente- a un niño durante la celebración de un ritual muy común en la ciudad de Kiev. Pero la verdad es que Yakov solo es un cabeza de turco, pues no él no ha cometido semejante crimen. La película narra su cautiverio, las constantes humillaciones a las que es sometido en la cárcel y sus desesperados intentos por conservar la dignidad y dar a conocer su versión de los hechos.
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