Los ángeles Damiel y Cassiel (Bruno Ganz y Otto Sander) observan la ciudad de Berlín desde el cielo. Su deber es cuidar de los pobres mortales que no encuentran un sentido a sus miserables existencias. Pero ellos no pueden intervenir directamente en sus destinos, solamente ayudarles a recuperar las ganas de vivir. Paralelamente, uno de los ángeles pretende meterse de lleno entre los humanos... Aunque eso suponga renunciar a la inmortalidad.
Escribe un comentario largo o tu crítica sobre la película