Tras ser ordenado sacerdote, Stephen regresa a su Boston natal. Empieza para él un arduo camino donde su fe será puesta a prueba por la grandiosidad y la política de las altas esferas eclesiásticas. Stephen pasa de ser un humilde párroco a ser el príncipe del Vaticano. Sin embargo, la lucha por conseguir las vestiduras y la mitra de cardenal no estará exenta de conflictos personales, dramas familiares, dudas, angustia...
Escribe un comentario largo o tu crítica sobre la película