Cuando Violet decide abandonar a su padre Bill, un hombre superprotector, y su casa en las afueras por un quinto piso en Manhattan y sin ascensor, se encuentra de repente desesperada y sin dinero. Ocupa su tiempo diligentemente, escribiendo y grabando sus propias canciones, y visitando todas y cada una de las casas discográficas y a todos los productores independientes de la ciudad mientras busca un trabajo para poder pagarse el alquiler.
Incluso prueba suerte en un club nocturno del barrio, pero se da cuenta que no ha perdido el miedo que le provoca subirse a un escenario para interpretar sus canciones. Mientras distribuye su cinta en la calle, cree haber encontrado por fin al manager de un club interesado en su música. Pero resulta que el joven Kevin es chef, y se convierte en su máximo admirador y pretendiente. Kevin es un neoyorquino que lo ha visto todo y decide creer en su talento y se ofrece para guiar sus pasos hacia el éxito.
Después de innumerables negativas, empieza a creer que nunca lograra alcanzar el objetivo que se ha fijado...
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