Un día cualquiera en una gran ciudad. En medio del intenso tráfico, un conductor pierde repentinamente la vista. Sólo es capaz de ver una gigantesca luz. Un desconocido se presta a ayudarle a regresar a casa, aunque en realidad pretende robarle el coche. Pronto empiezan a ocurrir casos semejantes de ceguera, se desata una peligrosa epidemia. Un oculista atiende a las víctimas, pero finalmente se contagia. Las autoridades se lo llevan a un centro donde permanece aislado junto con otros afectados. Su esposa finge que no puede ver, para que le dejen acompañarle.
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