María tiene 14 años. Su familia está integrada en una comunidad católica fundamentalista, y aunque la muchacha vive su existencia cotidiana en el mundo de hoy en día, su corazón pertenece a Jesús. Su deseo es seguirle, convertirse en santa e ir al cielo: igual que en las historias de niños santos que tantas veces le han contado. Por eso recorre 14 estaciones, como Jesús camino del Gólgota, y consigue finalmente su objetivo. Ni siquiera Christian, su compañero del colegio, puede impedírselo, aunque si ella viviera en otro mundo, podrían haber sido amigos e incluso novios. Atrás quedan una familia rota que encuentra consuelo en su fe y una pregunta: ¿fueron verdaderamente inevitables todos estos acontecimientos?
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