—Es posible que ahora mismo no quieras sentir nada, quizás desearías no haber sentido nada. Y yo seguramente no soy la persona con la que desearías hablar de estos temas, pero tengo la sensación de que sí sentiste algo. Mira, tuvisteis una bonita amistad. Quizás fue algo más que una simple amistad. Y te envidio… Cualquier padre en mi lugar desearía que el asunto se acabara de una vez, y rezaría para que su hijo recuperara el sentido común. Pero no soy uno de esos padres. Damos tanto de nosotros mismos para recuperarnos cuanto antes de las decepciones que a los 30 ya estamos exhaustos, y cada vez somos menos generosos cuando volvemos a empezar con otra persona. Pero fingir que no sientes nada solo por dejar de sufrir ¡Qué error! ¿Hablo demasiado?
Todavía quiero decir algo más que despejará las dudas. Una vez estuve a punto de vivir lo mismo que vosotros, pero al final no pude. Siempre había algo que me reprimía o que lo hacía imposible. Lo que hagas con tu vida es cosa tuya. Simplemente recuerda: tenemos solo un corazón y un cuerpo para toda una vida y cuando te quieres dar cuenta tu corazón está agotado. Y tu cuerpo… llega el momento en que ni te miran, y nadie se te acerca. En este instante hay pena, dolor. No lo ahogues o perderás la alegría que viviste.
—¿Lo sabe mamá?
—Creo que no.
Escribe un comentario largo o tu crítica sobre la película