Giacinto Mazzatell es un hombre ya mayor que vive rodeado de toda su familia en los arrabales de Roma. Junto a su esposa convive con una larga lista de hijos, yernos, nueras, nietos y hasta una bisabuela, casi veinte personas viviendo todos juntos en una misma y destartalada chabola. No es una familia que se distinga por sus modales, más bien bruscos y brutos, y si algo los distingue como tal eso es el egoísmo. Todos se afanan por hacerse con el dinero que acaba de recibir Giacinto del gobierno, un millón de liras por la perdida de su ojo que el viejo custodia cuidadosamente. Y es que Giacinto, al igual que el resto de su familia, es tacaño, huraño y miserable y no está dispuesto a compartir su dinero con nadie. Sin trabajo y sin poder acceder al dinero de Giacinto de forma directa, muchos miembros de la familia se ganan la vida como pueden recurriendo al robo, la estafa o la prostitución. Cualquier forma que se les ocurra de ganar dinero para lograr seguir adelante les vale, incluso el asesinato si es necesario…
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