Ruth (Diane Keaton) y Alex (Morgan Freeman) llevan viviendo toda la vida en el mismo apartamento de Brooklyn. Se mudaron al barrio cuando todavía era un lugar inhóspito, y ahora se han hecho viejos y están rodeados de hypsters. Además, el apartamento no tiene ascensor, por lo que deciden mudarse a un edificio más cómodo. Pero el proceso de venta del piso donde han compartido tantas alegrías sacará a relucir sus miedos e inquietudes. ¿Se han vuelto comodones o es que le tienen miedo al futuro?
Escribe un comentario largo o tu crítica sobre la película