Alemania, años de la II Guerra Mundial. El racismo nazi impera a sus anchas. Por ejemplo, a la hora de aplicar la eutanasia y la eugenesia, barbaridad que se detiene sólo por la intervención de la Iglesia, aunque cuando ya se han asesinado a muchos disminuidos físicos y psíquicos. La siguiente atrocidad es la "solución final", el encierro de judíos en campos de exterminio y su eliminación masiva. Kurt Gerstein, químico y miembro de las SS, recibe la orden de suministrar gas Zyklon para los crímenes. Teniendo conocimiento del horror, decide permanecer en su puesto como "espía de Dios", mientras solicita a las autoridades internacionales y al Vaticano una denuncia pública. Pero entre dudas y miedos nadie parece hacer caso, excepto el padre Riccardo, que sirve de enlace para transmitir sus informaciones.
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